El diablo me lleve!

Acotación 1_ Después de lavarme el cabello, suelo esperar unos 20 minutos antes de usar el secador para que sea más fácil retirar la humedad, mientras, hago otros menesteres como planchar lo que me voy a poner, vestirme, maquillarme, ect…

Acotación 2_La vecina de arriba tiene problemas de filtraciones en mi techo, por ello la odio, pero tengo que hablar con ella muy seguido en pro de solucionar el problema…

Hace unas cuantas semanas tenía un evento del trabajo que implicaba que me disfrazara de gente seria para lidiar con lo que según algunos es la socialité caraqueña… osea un gente ahí seudo exitosa y medio bonita, pero yo creo que si te prestas para ese tipo de show sin que te paguen (como a mi) es porque tienes medio cerebro…

Ya había planificado el outfit para esa noche… que era algo muy muy parecido a esto…


Así que después de bañarme y a causa de Acotacion_1, andaba por la casa con el cabello empapado, a medio vestir y tratando de quitarle los pelos de gato a la ropa que me iba a poner y, mientras, cargaba puesto algo así…

La verdad es que en ese momento me veía de lo más white trash (en este caso latín trash?) que se puede…

Entonces suena el timbre, veo por el ojo mágico y me parece ver a la vecina de arriba (Acotación_2) abro, sin mucho tapujo, porque estaba vestida, mal vestida pero vestida… y total, la vecina no es nadie a quien me interese impresionar … pero no era la vecina era una señora que había venido a hablarme de la palabra de Dios, y de su archienemigo el Diablo… el Diablo sí… esa señora estaba un sábado a las 6 pm de casa en casa hablando con la certeza de quien sabe de lo que habla sobre el Diablo… el Diablo…

Yo no estaba ofendida ni molesta, estaba sorprendida, tanto que no podía creer que en realidad esa señora estuviera ahí en la puerta hablándome del diablo, y yo boquiabierta… porque creer en Dios y demás seres superiores creadores es una cosa, pero andar por la vida creyendo que existe un ser maligno tentándote a hacer lo “incorrecto” es otra.

Yo no puedo juzgar a la señora porque cada quien cree en lo que le da su maldita o bendita gana... lo cierto es que me pareció casi imposible que esa señora de verdad creyera lo que me estaba diciendo, tenía que estar actuando, ¿Quién puede estar TAN seguro de que el diablo existe y nos hace obrar mal? Ahí estaba ella hablando de la llama eterna del infierno, con intenciones de rescatarme y guiarme a la vida eterna con el Padre, y ahí estaba yo pensando en que esas eran las medias más caras que me había comprado en la vida, que más me valía que no se “fueran” (dañaran)…

Luego de que volví en mi, y a mis preocupaciones frívolas como: “ya debería de secarme el cabello, si dejo que se me seque al aire me va a quedar con frizz”, le dije a la señora que muchas gracias pero que en realidad no tenía tiempo... que me tenía que ir a trabajar…la señora no sólo se mostró ofendida, también me miró con desprecio, me dió un librito y me dijo “ para el señor siempre hay que buscar tiempo, y deberías leer esto porque se nota que te hace falta”

Claro… vía al trabajo con semejante pinta, y un sábado a las 6 pm… me imagino que la señora nunca sospecho que estaba esperando para secarme el cabello y ponerme una hermosa falda lápiz e ir a un fastidiosísimo evento… a demás probablemente esa señora cree que las medias de malla sólo las venden en tiendas llamadas “Only Whores”

Tampoco me ofendió su comentario… lo que me causo pánico fue ver a alguien tan convencida y errada a la vez, porque si a ver vamos puede que el diablo exista, pero yo puta sí no soy…

Camino al evento no podía dejar de pensar en esto, sabrá Dios, o quizás, el Diablo sobre que cosas estamos completamente convencidos, sin saber que en criollo “estamos meando fuera del perol”, es horrible darte cuenta de que quizás, exista la ligera probabilidad, de que estás basando tus convicciones en las ideas equivocadas…y por ende desencadenando una serie de eventos que más que ayudarte te jodan, puede que como esa señora llegaremos a viejitos jurando que conocemos la verdad mientras esperamos al Ratón Pérez De cuantas cosas no se habrá privado esa señora, por temor a terminar cocinándose en una paila?

Supongo que las noches de sus hijos, durante su infancia, eran bien divertidas, eso de tenerle miedo al Diablo desde chiquito debe darle bastante sazón a todo, no? Qué pasaría si mañana sale la Iglesia y le dice: “Ja! era jodiendo, te lo creíste?”

Tal vez yo esté equivocada, quizás creer en el diablo no es una señal de terrible inocencia, ignorancia, o simplemente cobardía… quizás voy a empezar a creer en el diablo… es más fácil decir que el diablo me tienta a comprarme otro par de botines que asumir que no sé administrarme, ni ponerme límites… Gracias a esa señora y al antiguo testamento, ahora todo lo que creía está puesto en duda quien sabe… tal vez sí está bien usar botas hasta la rodilla en Caracas durante el mes de julio…